Por la Lic. En Nutrición Florencia Koll
La celiaquía es una enfermedad que afecta a 1 de cada 300 personas en el mundo y condiciona la calidad de vida y el estado de salud de quienes la padecen. Es una lesión crónica en la mucosa del intestino delgado que produce múltiples efectos en la salud de niños y adultos. Los celíacos tienen que evitar el pan, la pasta y todo lo que derive del trigo, avena, cebada y centeno. La Lic. en Nutrición de Penta, Florencia Koll, resaltó la importancia de seguir una dieta estricta y sobre todo tener un seguimiento por parte del médico, nutricionista y psicólogo para mantener un buen estado de salud.
El pan es un alimento que suele estar presente en todas las mesas, pero los celíacos no pueden consumirlo en su elaboración tradicional, con harina de trigo, ya que provoca inconvenientes en su salud, como gran cantidad de productos que derivan del trigo, avena, cebada y centeno. La nutricionista de Penta explicó que la celiaquía puede tener distintas manifestaciones, de acuerdo a cómo esté afectado el intestino delgado: diarrea, pérdida de peso, alteraciones en el crecimiento, vómitos, dolor abdominal, meteorismo y distención abdominal, anorexia y constipación. También puede producir dermatitis herpetiforme y anemia por déficit de hierro.
Algunas señales que indican que algo está mal en la salud de una persona y pueden alertar sobre la posibilidad de que esta enfermedad esté presente pueden ser baja talla inexplicable, retraso de la pubertad, infertilidad, abortos recurrentes, osteoporosis, deficiencias de vitaminas y fatiga. También son comunes los casos de depresión, ansiedad, y migrañas.
Comer sin gluten no es fácil, dejar el pan y las harinas implica un cambio de hábitos alimentarios y limitaciones sociales ya que muchos de los alimentos manufacturados contienen gluten, que no solamente se encuentra en los cereales sino que también puede ser incorporado como sustancia espesante o aditiva. También puede estar presente en otros alimentos por contaminación cruzada. Si bien hay una amplia variedad de alimentos especiales sin gluten, tienen el inconveniente de su elevado costo en contraposición a su beneficio para la salud.
El apoyo familiar y social es clave para mantener un buen estado de salud, además de contar con toda la información necesaria, junto con el diagnóstico.
Comer fuera del hogar, presiones sociales y culturales, y transición a la adolescencia se encuentran entre los factores que atentan contra el tratamiento.
Puede haber también transgresiones involuntarias, por falta de información en el rotulado de los alimentos y medicamentos, falta de información o contaminación cruzada.
Por todo esto se torna de vital importancia la educación alimentaria, el soporte emocional y desarrollo de habilidades prácticas para resguardar la salud, haciendo el mejor manejo posible de la enfermedad.